Sobre el manifiesto:

JOAQUÍN TORRES GARCÍA sobre su Universalismo Constructivo

 En el libro titulado “Universalismo Constructivista” por Joaquín Torres García, la introducción nos expone una situación del arte, que necesita una intervención urgente, es aquí cuando el papel del artista debe hacerse evidente y Torres García expone las herramientas que éste necesita, para la creación de un arte aunque retrospectivo hacia la expresiones primitivas del hombre, no busca ser repetitivo y no deberá serlo. Lo que el autor busca es un universalismo del arte. Si miramos hacia los principios del mismo, notamos una unidad alejada de lo figurativo, donde la contracción de la forma y la abstracción es predominante. Para el artista uruguayo, la clave de la universalidad del arte está en la abstracción, pues ésta trasciende de lo relativo.

El arte llegó a un punto en el que estaba caducando, iba sin rumbo ni visión. La expansión capitalista y la presentación del la obra artística nada más como un producto mercantil, habían sido las causas, porque además el artista se había dejado seducir y no estaba tomando ningún papel sobre el su propio campo, cosa que para Torres-García, puede estar más que presente en el pueblo que es consumidor, pero que es inconcebible para el artista como creador.

El manifiesto así expresa más a fondo por qué su base en lo abstracto. Para que algo sea universal debe estar en la esfera de una realidad eterna inmutable, como una estructura para todo, y aclara esto como una especie de “Ley que puede correrse en cualquier sentido y que puede estar en vigencia en cualquier tiempo y lugar”. Ya que una regla única como ésta no puede basarse en la personalidad del artista ni puede arraigarse a un territorio debido a las obvias divergencias y variedades que existen. Esa regla de la que habla él, tiene como propósito unificar el futuro de un arte en América y por lo tanto debe ser creada, separada de nuestros conocimientos previos, de lo que hemos heredado de Europa como pueblo colonizado.

Torres-García aclara que ha hecho un estudio de las diferentes etapas artísticas de la historia, desde lo primitivo hasta lo moderno para sustentar que su planteamiento, no está basado en una idea sin fundamentos investigativos, y que si hubo un arte universal, fue en épocas prehistóricas, cuando existió un arte de la humanidad, mucho antes de que la actividad dibujística se basara en un modelo de la realidad.
Así es como el autor, se acerca a la idea de una regla universal del arte. Para la diferenciación con las épocas pasadas se debe marcar con esa regla el siglo que estamos atravesando. Con esa regla se busca una unidad y por lo tanto lo esencial en el arte, él quiere mostrar que la regla constructiva y la universalidad se identifican entre sí.